"Llevaba la bolsa vacía pero siempre que entraba la mano en ella, era capaz de extraer la magia de las palabras para regalársela a todo aquel que las quería. Escribía por las noches, robándole horas al tiempo al sueño y a él mismo. Un día al entrar la mano descubrió con incredulidad que no podía sacar más palabras. Y lo peor era que necesitaba con urgencia las palabras, silencio, mañana, beso, mar y cielo. Esas por no citar otras de menor importancia para el escrito: Dos adjetivos, un adverbio, un verbo auxiliar, uno reflexivo. Que espanto."

jueves, 12 de noviembre de 2009

ESPANTAR LA MELANCOLÍA por Pilar Yébenes

Instrucciones:

1.- No se te ocurra mirar a través de la ventana, observar las formas caprichosas de las nubes puede ser contraproducente.

2.- Jamás pises las hojas secas, ni te entretengas en mirar cómo forman remolinos los días de viento.

3.- No compres caramelos, golosinas ni nada que se le parezca.

4.- Reprime las ganas de tomarte una infusión a media tarde, mientras descansas en el sofá con las piernas y la imaginación en alto.

5.- No pienses nunca en las amigas de la infancia, aquellas que la vida llevó por otros lares. No es bueno mirar hacia el pasado.

6.- Cómprate un tiesto y siembra hierbabuena. Aspira su aroma cuando sientas un pellizco en el alma.

7.- Escribe la palabra alegría en un cartel bien grande y pinta cada letra de un color.

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