Primero la vida
después la muerte.
De tu boca no volverá a salir
un lo siento y un te quiero,
tus ojos no se abrirán para ver
la luz de un nuevo día.
No escucharas el taconeo
de los que más quieres,
ni volverás a oler el perfume
de la mujer que te quiso de palabra.
Tus manos frías no cogerán
las riendas de tu destino.
Tus piernas no caminaran por el sendero
hacia tu arduo trabajo.
Embutido en mil mantas
tu rostro marchito queda,
tu pensamiento libre ahora yace en el recuerdo,
tiemblas de frio porque tu alma
y espíritu escaparon de la mano.
La gente que te rodea limpia tus lágrimas
hacia tu sepulcro.
El alrededor se va entristeciendo
porque un buen hombre se ha marchado.
Lo único que queda de él
es una caja llena de fotografías
y un doloroso adiós.
En donde vas a un viaje
en el que no puedes mirar ya hacia atrás.